En la portada de este cassette debut de
Uzumaki aparece la cara de un participante en un mensur. Los mensur son
combates de esgrima con armas de filo entre miembros de una
Studentenverbindung (asociación estudiantil en los países de habla alemana).
Están reglados por normas estrictas. En los mensur, como en esta
música, lo importante no es lo que parece en un principio (herir a los
otros); lo importante es ser herido, pero tampoco exactamente. Lo
importante es que te dé igual lo que te pase, pero no porque seas un
perdido que no valore su vida. Se valora el coraje. ¿Es más útil el
miedo o la arrogancia?
Estas canciones parecen preguntarse eso,
y la clave para entenderlas está en las cicatrices. Se puede presumir
de ellas, pero también se pueden pintar con rotuladores, y en todo caso
marcan una herida. Por eso se escucha en el sonido de Uzumaki una
batalla frenética y permanente. Las guitarras son cortantes como
cuchilladas ludistas, dejando espacio para un bajo dibujando melodías de
goma sobre unos ritmos que provocarán las metáforas mecanicistas más
obvias. Hay gritos propios de cerdos de camino al matadero y fraseos de
Sinatra punk, canalla y encantado de conocerse. Escuchar a Uzumaki
podría doler por su contundencia, pero más duele escuchar estupideces a
diario. Estas canciones empiezan hoy y por eso solo se dirigen hacia un
futuro que pinta regular. Es música moderna.
Era habitual entre
los duelistas de los mensur estirar las heridas para poder presumir de
las marcas. Se echaban en ellas sal o crines de caballo, pero al final
esa cicatriz real solo pasaba a ser la señal eterna de una mentira. El
daño que flota alrededor de esta música parece real, y por eso no hay un
único matiz en lo que hacen. Se puede bailar el dolor. Y cuando las
imágenes de las letras derivan de lo violento y lo visceral hacia las
frases simples de los estribillos (“¿crees que no lo sé?”, “mejor no”,
“ahora ya no puedes”) hay una sensación casi incómoda para el oyente de
punk. Hay una serenidad lúcida y brillante en el momento de calma
familiar que dan esas expresiones entre toda la rabia y la velocidad de
esta música de persecución. Te das cuenta de que en un cuarto de hora
han creado un universo que no tiene por que tener épica, que no tiene
por que ser agradable, pero que no es exclusivamente oscuro. Lleva a
hablar de duelos, arrogancia juvenil y verdad: Uzumaki son un grupo
romántico en la época de la ironía y la falta de pasión. Son necesarios.
Coeditado con Boston Pizza Records
Escucha:
http://discosporno.bandcamp.com/album/uzumaki-ep
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